Peña Tolivia
La historia de Tolivia en el descenso comienza allá por el año 82, cuando Ramón, Olegario, Pedro, Juan Carlos, Rubén, Tocata y algunos más deciden construir la primera carroza de Tolivia que iba ser una “carreña” de cuchu.
Al parecer no olía muy bien y ya los paisanos del pueblo comentaban que era una burrada aquella carreña tan grande. Al año siguiente se decidió bajar una catapulta con el título ¡Qué bárbaro! en homenaje a la película de Conan el Bárbaro, cuya lanzadera estaba compuesta por un tronco de roble en cuyo extremo había una palancana que hacía de cesta.
En esos años, los años pares eran para carrozas de tradición asturiana y los impares para carrozas relacionadas con la historia. En el año 84 se construyó una gran plataforma de 7 m de larga por 2,5 de ancha, las cazas de la plataforma estaban hechas de postes de la luz. Y se decidió bajar una “cuerria“, en la que destaca una gran castañal y un cerdo que iba comiendo les castañes.
Ese año llegó la primera sopera para la peña, lo que animó a los chavales a hacer una gran carroza al año siguiente el “kalanus I”, un gran barco romano que consiguió la segunda sopera consecutiva para Tolivia. Así que en el año 86 se hizo la mayor carroza de la historia de la peña “El molín de la Friera“. El molín tenía un sistema de bombeo que permitía ir moliendo maiz. La carroza era de más de 7 m, y les falto tiempo para poder rematarla por lo que César decidió echar una carga de artos a modo de matu, en la parte trasera para rematarla.
La tercera Sopera no llegó porque de aquella corría el rumor que el Chalanín no existía y no te podían dar 3 soperas consecutivas. Pero Tolivia no se rindió y siguió bajando carrozas, en el año 87 se bajó un “castillo medieval”. Al año siguiente llegó la tercera sopera con una gran cesta que llevaba dentro una gran figal con el título “Tas como una cesta figos“. En el 89 se bajó una “mezquita”.
